La pandemia del COVID-19 marcó un antes y un después en la cultura laboral a nivel global, con la adopción masiva del trabajo remoto. Aunque este modelo ha demostrado ser beneficioso para los empleados, ofreciendo mayor flexibilidad y mejorando su calidad de vida, también ha planteado desafíos importantes. Entre ellos, la desconexión entre los colaboradores y la empresa, ya que la interacción humana presencial sigue siendo clave para fortalecer las relaciones interpersonales y laborales.

Uno de los errores más comunes en muchas organizaciones es enfocarse exclusivamente en la comunicación externa, descuidando la interna. Sin embargo, es crucial recordar que nuestros colaboradores son los principales embajadores de la marca, ya sea de manera intencional o accidental. Por ello, una comunicación interna sólida es esencial para garantizar que el mensaje que se comparte hacia afuera esté alineado con los valores y objetivos de la empresa.

Estrategia de comunicación interna

Una estrategia efectiva de comunicación interna no solo fortalece la conexión entre empleador y empleados, sino que también refuerza la misión de la compañía, mejorando el clima laboral y aumentando la productividad. Al implementar un plan de comunicación interna, la empresa no solo mantiene a los empleados informados, sino que también fomenta su sentido de pertenencia y compromiso con la organización.

Los planes de comunicación interna son fundamentales porque refuerzan y complementan el marketing externo. Deben ser prioritarios para cualquier organización que busque lograr una mayor identificación y alineación de su equipo con los objetivos empresariales. Para desarrollar un plan efectivo, es necesario seguir estos tres principios clave:

1. Evaluar la situación actual: El primer paso es realizar un análisis exhaustivo del estado de la comunicación interna. Esto incluye evaluar las audiencias, influencias y el desempeño de la comunicación dentro de la empresa, así como el nivel de identificación de los empleados con los valores corporativos. Tener una visión objetiva de la realidad es crucial para implementar mejoras efectivas.
2. Definir la visión y aterrizar las estrategias: Una vez evaluada la situación, es esencial establecer hacia dónde se quiere dirigir la comunicación interna y alinearla con los objetivos de la empresa. Estos objetivos deben ser medibles, alcanzables y transversales a la organización. A partir de esta visión, se deben desarrollar tácticas concretas que se implementen a lo largo del año. Es importante considerar el contexto de cada colaborador, sus canales de comunicación preferidos y sus necesidades, para así diseñar una estrategia que sea efectiva.
3. Medir el impacto y ajustar: El éxito de cualquier estrategia depende de su medición. Establecer indicadores clave de rendimiento (KPIs) permitirá evaluar el impacto del plan de comunicación interna y realizar ajustes cuando sea necesario, asegurando que la estrategia sea siempre relevante y efectiva.

Finalmente podemos decir que en la era del trabajo remoto, una comunicación interna efectiva es más importante que nunca. No solo ayuda a mantener informados y comprometidos a los empleados, sino que también garantiza que el mensaje externo sea coherente y fiel a los valores de la empresa. Un equipo bien informado y conectado es la clave para el éxito a largo plazo.