La comunicación es apasionante. Para quienes tenemos la dicha de trabajar en esta fascinante industria, el elemento comunicacional es como el oxígeno del planeta, la sangre de un organismo o el aceite de un motor. Básicamente, permite y facilita la consecución de los objetivos empresariales, siendo siempre un componente inherente a toda actividad humana (y también de la inteligencia artificial).
Transmitir con precisión en todos los ámbitos exige un aspecto fundamental: la claridad. Para alcanzar los objetivos empresariales, liderar un equipo o gestionar cualquier proyecto, la transparencia en el mensaje es esencial. Como bien dice Don Miller, gurú del storytelling: «don’t be cute, don’t be clever, be clear».
Diariamente somos bombardeados por millones de estímulos, mensajes y campañas, lo que hace que la simplicidad y la claridad se conviertan en un refugio para nuestras mentes sobrecargadas.
El problema surge cuando las empresas carecen de un mensaje definido, coherente y comprensible, tanto para su equipo interno como para el público externo.
Si conseguimos articular mensajes sencillos, que se transmitan de forma transversal en la organización, y somos capaces de traducir el lenguaje técnico en algo accesible, pasaremos de lo confuso a lo claro, de lo complicado a lo comprensible, y lograremos nuestros objetivos.
Cuanto más claro sea el mensaje, mayor será su impacto en la audiencia.
No importa qué red social utilice, qué algoritmo aplique o qué tendencia musical siga; la claridad es el factor que determina la efectividad de su comunicación.
¿Desea ayuda para afinar su mensaje y alcanzar sus objetivos de negocio? En Tres Puntos estamos aquí para apoyarle.